viernes, 1 de febrero de 2008
ABC COLOR Y EL OBISPO FERNANDO LUGO
ABC COLOR Y EL OBISPO FERNANDO LUGO
(Luis Agüero Wagner)
Uno de los enigmas más lancinantes que rodea la campaña del obispo Fernando Lugo a la presidencia del Paraguay lo constituye la extraña fascinación que un teólogo de la liberación tercermundista parece ejercer sobre ciertos zares de la prensa paraguaya, recalcitrantes anticomunistas que la sociedad heredó de la dictadura de Alfredo Stroessner y poseedores de las más opulentas opulencias mal habidas en un país sumido en la más miserable miseria como Paraguay. El diario más jugado a favor de Lugo en la prensa paraguaya, el ultraderechista periódico del maccartista Aldo Zucolillo, ABC color, (conocido por ser favorecido de los organismos de coacción imperialista basados en Washington) es uno de los más acérrimos enemigos del MERCOSUR en el ámbito periodístico sudamericano.
Uno de sus columnistas estrellas es Ricardo Canese, quien utiliza su espacio para promocionar las políticas energéticas de George W. Bush, y ofrece una catarata de cifras, ecuaciones, números y fechas para concluir indefectiblemente que el Paraguay es permanentemente agredido por Argentina y Brasil en el manejo de las hidroeléctricas binacionales de Itaipú y Yacyretá. Eso aunque nunca estrenó su grado de constructor erigiendo cuando menos un gallinero o una letrina, y como ingeniero lo único que ha demostrado es ser muy buen periodista.
Estas retrógradas campañas contra la integración regional, que en su momento fuera un gran negocio editorial y político, se explican por los intereses de la poderosa embajada norteamericana en Asunción, eterna obstaculizadora del MERCOSUR a través su prensa adicta.
Muchas son las preguntas, en contrapartida, que Canese ha dejado de responder en sus permanentes diatribas contra la integración y los países vecinos con los cuales Paraguay, una isla rodeada de tierra como la describiera Roa Bastos, necesita un buen relacionamiento como los pulmones necesitan del aire.
¿Cuántos voltios se necesitan para provocar un cortocircuito que desencadene un incendio en la Ferretería Nueva Americana, propiedad de su patrón Aldo Zucolillo? Pues a pesar del poco conocimiento en tales asuntos, puedo asegurarle que la cifra exacta son 850.000 dólares de deuda tributaria.
El incendio de comercios, según versiones que se manejan en el ámbito periodístico paraguayo, era la recurrente vía con que el zar de la prensa paraguaya evitaba pagar con recursos torcidos un “precio justo” por sus negocios al Estado Paraguayo, como puede verificarse revisando la resolución nº 54 del 6 de marzo de 1972, y las 327 y 328 del 26 de julio de 1991. El acta de la intervención de los inspectores de Hacienda estaba fechada el 1 de julio de 1991, y tres días más tarde la firma del jefe de Canese solicitó el fraccionamiento de su deuda. Desafortunadamente, el Ing. Ricardo Canese no estaba a cargo de asesorar con su sapiencia a los responsables de las instalaciones eléctricas del comercio, y en diciembre de ese mismo año, a raíz de supuestos cortocircuitos, las llamas del averno consumieron a la ferretería.
Nunca fueron aclaradas las muertes de José Antonio Valiente y Jorge Luis Marchi, fallecidos en nebulosas circunstancias relacionadas a esos incendios.
Otra pregunta que nunca contestó ABC color es: ¿Cuántos wattios de potencia aplicaba en su descarga la picana eléctrica que utilizaba su compañero de redacción Alcibíades González Delvalle, en tiempos en que trabajaba como policía de Edgar L. Ynsfrán? Y sobre los principales referentes del partido al que publicita con tanto entusiasmo: ¿Retribuye un precio justo a la sociedad paraguaya el lucro antisocial de los puertos privados de la empresa PAKSA, privilegio concedido por los mafiosos y corruptos gobiernos que ahora sus dueños supuestamente combaten?
¿Cuántos niños desnudos y hambrientos podrían comer tres veces al día si se formalizaran algunos privilegios como ése? ¿Qué precio se pagaba por aparecer en los álbumes estronistas de Monte Domecq, hoy vinculado a USAID a través de la ONG Gestión Local? ¿Qué marca de fósforo usó Nerón para incendiar Roma?
Una pista para resolver estos acuciantes laberintos de nuestro tiempo la sembraron algunas décadas atrás el director griego-turco-norteamericano Elia Kazán, y el periodista Humberto Pérez Cáceres. Kazan, cuyo trabajo como director incluye títulos tan conocidos como Nido de ratas, Al Este del paraíso y Un tranvía llamado deseo realizados durante la década del ‘50 –su mejor momento artístico-, ha sido siempre señalado como un traidor y delator durante la llamada caza de brujas macartista, debido a su colaboración con el Comité de Actividades Anti-americanas uno de los últimos avatares de la perversa Guerra Fría que contaminó la industria cinematográfica norteamericana en aquellos años.: “Los nombres que di (una docena de ex integrantes del Partido Comunista) ya eran conocidos por el Comité” se defendió en una oportunidad Kazán.
Su amigo Arthur Miller dio una versión distinta de ese episodio y Dashiell Hammett, en iguales circunstancias que Kazan, calló y terminó en la cárcel y en la ruina. En su famoso film “Nido de ratas” (cuyo nombre original en inglés era “On the Waterfront”), Kazan glorificaba al delator Terry Malloy, personificado por el legendario actor Marlon Brando. Inspirado en el argumento, Humberto Pérez Cáceres tildó alguna vez al diario de Aldo Zucolillo con el nombre castellano de la película de Kazan, quien en 1999 recibió un discutido Oscar por su trayectoria de manos de la misma comunidad que había sido su víctima.
Desde el conglomerado de agentes encubiertos del imperio e incautos, conocido como Tekojoja, se ha criticado a disidentes del partido colorado por su actual idilio con sus otrora verdugos del nicanorismo, crítica incosistente proviniendo de un grupo donde militan ex miembros de la OPM. Especialmente si se considera que en sus tiempos de “revolucionarios” José Luis Simón, María Jesús Caballero, la izquierdista arrepentida Guillermina Kanonikoff, etc, eran presentados como peligrosos terroristas con sus fotos en tapa de ABC (como buscados al estilo del Far West), azuzando a los grupos de tareas de Pastor Coronel.
Hoy todos vemos el apasionado entusiasmo con que su delator de otrora, Aldo Zucolillo, promueve políticamente a sus perseguidos de antaño desde el mismo diario donde los señalaban como bestias a cazar por sus represores, y las antiguas víctimas retribuyen con su servilismo a las campañas del Citizen Kane criollo.
En conclusión, aunque muchos enigmas quedarán para la discusión de los arqueólogos, que siglos adelante analizarán con inexorable asombro las ruinas de nuestra actual era tendotárquica, existen otros acertijos que fácilmente pueden develarse en el presente, como la pregunta: ¿Cuál es el secreto entendimiento entre la prensa de ultraderecha y el obispo Fernando Lugo?.
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