(Luis Agüero Wagner)
En un programa radial vespertino que se emite por una popular radioemisora de la capital paraguaya, el secretario general del PMas (partido Movimiento al Socialismo de Paraguay), Camilo Soares, rehusó contestar las denuncias que regularmente venimos haciendo sobre su insólita habilidad para recibir simultáneamente solidaridad de Hugo Chávez y George W. Bush, traducida en fuertes sumas en dólares. Carente de argumentos para negar lo innegable, se defendió sentenciando con reminiscencias fidelcastrianas que “la historia responderá”, cuando que precisamente su “historia” personal es la que ya nos ha dado todas las respuestas que necesitamos sobre su catadura moral.
Primero, no está demás preguntarse porqué siempre publicitaban en la prensa derechista paraguaya sus constantes viajes y vínculos con la república bolivariana de Venezuela, y no hacen lo mismo sobre sus fluidas relaciones con la embajada norteamericana y los órganos de financiación manejados por Bush. Difícilmente podría convencernos que un abigarrado grupo de supuestos activistas de izquierda de una miserable republiqueta tercermundista fue capaz de engañar a la embajada del imperio mejor pertrechada del Cono Sur, y a la más sofisticada agencia de inteligencia del mundo.
Tampoco denotaban en los hechos esa intención, dado que publicitaban sus vínculos “bolivarianos” por medios masivos de comunicación, e incluso se jactaban de ellos “reconociendo” la ingerencia de Chávez en la política local, con gran repercusión en la prensa maccartista. Obviamente, si a alguien lograron engañar fue al gobierno de la república bolivariana de Venezuela y a su servicio de inteligencia (Disip), y no a James Cason (y a la CIA), que pudieron enterarse fácilmente de sus andanzas bolivarianas leyendo el diario ultraderechista subsidiado por la National Endowment for Democracy, ABC color.
Constantemente recibimos información sobre sus “méritos” por intermedio de la publicaciones basadas en Caracas y vinculadas a Hugo Chávez, donde son presentados como héroes bolivarianos por el mismo sospechado personaje que contactó a Dionisio Olazar con el mismo comandante Fidel Castro en Cuba, existiendo en la isla un oscuro episodio al respecto. Recordemos que Olazar fue posteriormente uno de los “arrepentidos” de Patria Libre que delató a la “guerrilla” de Juan Arrom como presunta responsable de secuestros, lo que llevó a la plana mayor de todo un partido político a la proscripción y el exilio hasta hoy.
Otro punto oscuro que podría aclarar Camilo Soares es la desaparición de los padrones del Partido Patria Libre, en medio de las acusaciones de secuestro que sufriera dicho grupo por parte del Ministerio del Interior capitaneado por el desaparecido Julio César Fanego, uno de los personajes más siniestros que pasó por la política paraguaya.
Antes que jactarse de las misérrimas conquistas que han obtenido hasta ahora para las enormes sumas recibidas del gobierno de George W. Bush, le sugeriríamos a Soares y su grupo que exhiban esas listas con las que lograron reconocimiento en la archicorrupta justicia electoral paraguaya, hasta hace poco dirigida por el tenebroso operativo de la policía política dictatorial Juan Manuel Morales. Allí debe estar la razón por la que ahora recortaron sus padrones buscando esconder la evidencia.
Militantes de Patria Libre constantemente hacen por vía electrónica estas y otras acusaciones hacia Soares, todas ellas muy poco edificantes para quien dice haber sido predestinado por “la Historia” para construir la patria socialista en Paraguay. Entre los remitentes, como puede deducirse, se cuentan muchos que hoy sufren prisión, cárcel y destierro por los nebulosos incidentes sin aclaración satisfactoria que los llevaron a solicitar refugio en el extranjero. A ninguno de ellos se les conceden para descargo los desproporcionados espacios que regularmente ocupa Soares en medios cuya tendencia pro-imperialista es bien conocida.
Valgan estos esclarecimientos para dimensionar en su justa medida el asedio que sufre el proceso bolivariano en Venezuela por parte de las complejas superestructuras montadas por el imperio, así como la catadura moral de quienes no tienen remordimientos para presentarse como supuestos izquierdistas en medio del océano revolucionario de Latinoamérica, a pesar de ser financiados por George W. Bush. Y que todavía pretenden ir por más dinero a visitar otras embajadas.
LUIS AGÜERO WAGNER es autor de "Fuego y Cenizas de la Memoria".
________________________________________
No hay comentarios:
Publicar un comentario