domingo, 7 de noviembre de 2010
VOTO CASTIGO AL INEPTO FERNANDO LUGO Y SECUACES
La realidad golpeó en las municipales de ayer con dureza al inepto gobierno del payasesco cura con hijos, y la euforia ganó las calles en las principales ciudades del pais.
PARAGUAY FESTEJA DERROTA DE FERNANDO LUGO
Apenas conocidos los resultados de boca de urna en Asunción, la zona céntrica de la capital se convirtió en el epicentro de los festejos populares por la catastrófica derrota del cura Fernando Lugo y sus secuaces.
El pueblo ya festeja con banderas y bombas de estruendo el inminente triunfo del candidato opositor Arnaldo Samaniego en la capital, y la muchedumbre gana las calles en medio de un clima festivo en todo el pais.
La euforia popular se desata en celebración de la derrota del cura, símbolo del cinismo irresponsable en la política criolla, que queda de esta manera en incómoda situación de cara a próximos compromisos electorales.
FERNANDO LUGO PAGA EL PRECIO DE LA MENTIRA
Sentenció el prócer norteamericano Abraham Lincoln que es posible engañar a algunos todo el tiempo, a todos parte del tiempo, pero imposible engañar a todos todo el tiempo. El popular aforismo una vez más comprobó su certeza en las elecciones municipales paraguayas del domingo 7 de noviembre del año 2010.
Aún aliado a la ultraderecha, a USAID y la embajada norteamericana, con todos los recursos del estado a su disposición, el cura presidente Fernando Lugo sufrió un revés rotundo y contundente. El pueblo que plebiscitó la decepcionante gestión de Fernando Lugo y dio su veredicto.
La sentencia fue una humillante derrota del payasesco cura con hijos, que avergonzó a su país y devaluó la investidura presidencial del mismo con sus escándalos dignos de una pesadilla.
Derrotado de manera contundente en los distritos más importantes del país, ahora Fernando Lugo debe leer estos resultados y atenerse a las consecuencias: su proyecto ha fracasado de manera categórica y rotunda.
La mentira descarada, el oportunismo maquiavélico, el cinismo inescrupuloso, terminaron finalmente castigados por el inapelable veredicto del pueblo. En la capital paraguaya Asunción, el candidato del cura fue derrotado durante todo el día, y acabó perdiendo por una diferencia de alrededor de siete puntos. Hasta municipios como Capitán Bado, históricamente opositores a los colorados, terminaron en manos de la ANR.
En Ciudad del Este, la segunda ciudad del país, aliado incluso al tantas veces vilipendiado oviedismo, la candidata colorada –aún siendo mujer, un género despreciable para Lugo y sus secuaces- Sandra Mc Leod, duplicó en votos a sus protegidos. En Encarnación, tercer municipio del país, la diferencia con la cual los luguistas mordieron el polvo de la derrota fue aún mayor, alcanzando niveles históricos.
Tan histórico como los niveles de incoherencia de un fraudulento referente moral, supuesto bolivariano izquierdista, cuyas pretensiones privatistas de aeropuertos acaban siendo contenidas en el parlamento por un recalcitrante neoliberal como Alfredo Luis Jaeggli.
Sólo queda a los seguidores del impresentable cura de los escándalos reflexionar sobre estos resultados, y como más decorosa actitud recomendamos el recogimiento penitente y el silencio.
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