lunes, 16 de agosto de 2010

FERNANDO LUGO: ESCARAPELA TRICOLOR DE SOJA


Los mismos que manifiestan un supuesto nacionalismo casi chauvinista en el tema de Itaipú, critican las reivindicaciones nacionalistas de los campesinos en defensa de colonos brasileños abocados al tráfico de soja transgénica.

El vocero oficial del obispo Fernando Lugo, el diario anti-comunista ABC color(*1), pretende presentarse ante la opinión pública como el campeón de la "Soberanía Energética". Paralelamente, glorifica al más célebre entregador de recursos energéticos de la historia del Paraguay.
Diariamente publica un artículo firmado por el desaparecido político afiliado al partido Liberal -pero paradòjicamente ideólogo de una dictadura nazi en 1940-, Efraim Cardozo. Ver:

http://www.abc.com.py/2008-12-21/articulos/480524/los-tratados-y-el-derecho-internacional-trazan-caminos-insoslayables-para-la-solucion-del-problema-del-guaira

Efraim Cardozo fue uno de los puntales intelectuales de la dictadura Nazi-Fascista instaurada en Paraguay a instancias de Washington en 1940, en coincidencia con la adopción de la "Doctrina de la Seguridad Hemisférica" propugnada por el imperio norteamericano, que luego reemplazaría por la recordada "Doctrina de la Seguridad Nacional".

La actuación de Cardozo en esa dictadura se encuentra profusamente documentada en la historiografía política paraguaya, siendo una de las más célebres frases de la historia paraguaya la que pronunciara como una voz de aliento al dictador José Félix Estigarribia, antes de disolver las instituciones parlamentarias y autoproclamarse dictador:

"La Democracia es un cadáver, y abrazarse con los cadáveres es el más grave error en política. Estoy con usted, mi general".

CARDOZO Y LA ENTREGA DE LAS SOBERANÍA ENERGÉTICA PARAGUAYA

En las negociaciones para la paz del Chaco entre Paraguay y Bolivia, llevadas a cabo en Buenos Aires a mediados de 1938, Efraim Cardozo había sido responsable de la sustitución del arbitraje de derecho por el arbitraje de hecho, en una fórmula que llamaría "ex aequo et bono", además de habe actuado como un simple y vulgar asistente del presidente de la mesa de negociaciones, el agente petrolero Spruille Braden(*2).

Braden narró en sus memorias que Efraim Cardozo le informaba puntillosamente lo que acontecía en la delegación paraguaya, lo que acabaría dañando seriamente los intereses de su país.

EL DÍA DE LA ENTREGA DE LA SOBERANÍA ENERGÉTICA

En los primeros días de julio de 1938, un comité formado por los delegados Braden, Ruiz Moreno y Barreda Laos (EUA, Argentina y Perú), empezaron a elaborar un tratado secreto que, según ellos, proveería tanto a Paraguay como Bolivia de mutua satisfacción. En la realidad de los hechos, el tratado preservaba para Bolivia y para la empresa petrolera Standard Oil, 38,000 kilómetros cuadrados de ubérrimo territorio petrolífero.

El doctor Zubizarreta, presidente de la delegación paraguaya, al tanto del engaño, se negó en principio a ser partícipe de él. El departamento de estado norteamericano, interesado en conservar los pozos petrolíferos y gasíferos del Chaco para una empresa estadounidense, solicitó la intervención del entonces embajador paraguayo en Washington, el futuro dictador José Félix Estigarribia.

Estigarribia acabó comisionado de urgencia por los norteamericanos, sin saberlo su gobierno-el paraguayo- para zanjar la cuestión en Buenos Aires.

Una vez en la capital argentina, protagonizó un altercado con Zubizarreta, y finalmente lo desplazó de la jefatura de la delegación paraguaya, tal como fue documentado en un conocido libro por el historiador de Michigan State University, Leslie B. Rout. En la madrugada del 9 de julio de 1938 se firmaría el tratado, con la cláusula de permanecer para siempre en secreto.

En los papeles los paraguayos reconocían su incapacidad de dirigir los destinos de una nación gloriosa, que acababa de protagonizar su segunda epopeya. Se renunciaba al arbitraje de derecho y el Paraguay cedía a Bolivia un extenso territorio entre la frontera actual y el límite natural e histórico del Chaco al noroeste, el río Parapití, tan renombrado en la cultura popular paraguaya.

Se había consumado, con la desiciva participación de Efraim Cardozo, la mayor entrega de soberanía energética de la historia paraguaya.LAW
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(*1) Tal vez la posición de ABC color se explique por el hecho que la totalidad los integrantes del gabinete del obispo Fernando Lugo provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.

(*2) El mismo Spruille Braden reconocería en engaño en sus memorias: "Sólo la prensa y el público fueron engañados; pero el engaño era vital para el establecimiento de la paz. Cuando los resultados del arbitraje fueron publicados, nuestras misiones militares habían puesto marcas de piedra a lo largo de la frontera e informado a la Conferencia. Para eso ya no era necesaria mi presencia en Buenos Aires.





ESCARPELA DE SOJA

Elvio Benítez, un polémico líder izquierdista del Comité de Producción San Pedro Norte, advirtió que "no nos queda otro camino más que ocupar las haciendas de brasileños porque con el cultivo de soja están deforestando, eliminando bosques naturales y contaminando a las personas con sus plaguicidas". La medida fue anunciada en medio de un clima enrarecido por rumores de secuestros de hacendados, que han causado alarma en la población. Benítez se quejó que el gobierno del obispo Fernando Lugo, pese a todas las promesas "sigue sin dar soluciones a la falta de tierra para miles de compatriotas; mientras, cada día es mayor la presencia de brasileños".

Lugo había solicitado a los labriegos un plazo de 100 días, a partir del 15 de agosto, para buscar financiamiento para sus planes de reforma agraria. En un intento desesperado por obtener el dinero, su ministro neoliberal Dionisio Borda amenazó con gravar a los agroexportadores desatando una gran polémica. Curiosamente, la prensa que manifiesta un supuesto nacionalismo casi chauvinista en el tema de la represa de Itaipú, editorializa fuertes críticas a las reivindicaciones nacionalistas de los campesinos en defensa de colonos brasileños abocados al tráfico de soja transgénica.

CAMPESINOS EN PIE DE GUERRA El departamento de San Pedro, a 340 kilómetros al norte de Asunción, considerado como el terreno más fértil para la agricultura, es el más pobre del Paraguay y la zona donde por diez años ejerció sus funciones clericales el actual presidente Fernando Lugo, ex obispo católico. Cronistas de la prensa mediática informaron que unos 120 labriegos no alineados en las grandes organizaciones de campesinos sin tierra, invadieron dos fincas de 600 hectáreas, impidieron a sus propietarios de origen brasileño comenzar la siembra de soja. "Las propiedades, ubicadas en el distrito de Lima, pertenecen a Pablo Velilla y Felipe Soloshinsky, dedicadas a la producción de la oleaginosa. Los campesinos comenzaron a levantar sus precarios ranchos e inmediatamente plantaron semillas de sésamo y mandioca (yuca)", informaron.

El líder del grupo, Florencio Martínez, explicó que con la ocupación comenzaba la recuperación de la soberanía territorial paraguaya y advirtieron a los agropecuarios que se olvidaran definitivamente de la soja. Añadió que en general los invasores son personas muy pobres que formaron una organización independiente de las demás entidades que reivindican la tierra sólo para los paraguayos. Los campesinos amenazan que otras 20 fincas productoras de soja, en manos de colonos brasileños, serán invadidas en los próximos días ante la presunta inacción del gobierno que a pesar de sus líricas declamaciones, demora las expropiaciones y otras medidas de asistencia a los campesinos.

ENTREGUISMO PARA LAS TIERRAS Muchos brasileños, que compraron tierras destinadas a la reforma agraria a los corruptos gobiernos paraguayos, se dedican en la franja limítrofe entre Paraguay y Brasil al contaminante cultivo de soja transgénica, y advierten al gobierno “hidronacionalista” que no grave sus exportaciones y desarrolle una política agraria antinacional.

Vale decir, nacionalismo para las aguas, entreguismo para las tierras. Estos filántropos solo piden, como es sabido, que les dejen “producir riqueza para el país y para las arcas estatales” en la forma altruista en la que lo han venido haciendo, es decir, concentrando tierras, expulsando de sus parcelas a familias campesinas que deben migrar al exterior en busca del sustento y enviando una buena cantidad de intoxicados a los hospitales o al cementerio. Ya en 1912 el traficante de granos Leopold Louis Dreyfus afirmaba que su objetivo era “satisfacer una gran necesidad económica y humana” y no simplemente ganar dinero y hacer crecer a su corporación. Eufemismos parecidos hoy utilizan quienes buscan justificar los principios destructivos del sistema neoliberal; en el que el mercado subordina a los derechos humanos, a la justicia , la democracia, y a la sustentabilidad medioambiental. La soja transgénica, hermana consanguínea del terremoto, coetánea del volcán y el torbellino, una gigantesca fuerza que da forma al mundo, oleada colosal, se infla y avanza sobre el Paraguay. Como una ola de marea, sube y sube. Ya lo dijo Lenin, el cereal es la divisa de las divisas, y la teología neoliberal que en Paraguay ha sentado sus reales con la bendición del obispo Fernando Lugo (que ya ha condenado las invasiones de tierras) y el maestro de ceremonias bacanales Dionisio Borda, nos ha despojado de voz para opinar a quienes no tenemos un dólar invertido en el negocio. Es cierto que las averiadas utopías hoy en día no tienen mucho de qué envanecerse a estas alturas de los acontecimientos, pero el neoliberalismo que hoy asoma en Paraguay, en lugar de crear el edén de libertad prometido lo único que ha hecho es aumentar los muros levantados por el miedo.

LA SOJA TRANSGÉNICA Monsanto ha realizado numerosos estudios sobre la soja transgénica y su repercusión potencial en la salud humana. No obstante, si nos detenemos en los informes es posible identificar fácilmente una comisión científica ostensible: los consumidores ingerirán soja transgénica cultivada en campos tratados con glifosato, pero las pruebas se hicieron con soja transgénica cultivada en un terreno en el cual no se aplico ese plaguicida. Se trata de un error científico que invalida cualquier resultado. Se han identificado cuatro grupos de problemas asociados con el uso de glifosato en legumbres y con las consecuencia de los cultivos de alimentos transgenicos en general: El Glifosato es el tercer plaguicida que provoca más problemas de salud entre los trabajadores rurales del estado de California. La aplicación de glifosato da origen a la producción de fitoestrogenos en las verduras, que actúan igual que las hormonas en los organismos de los mamíferos que las ingieren, por lo que podrían causar graves alteraciones en el sistema reproductivo. Los datos sobre el contenido de estrogeno de las plantas de Monsanto no reflejan el alcance real de este problemas, porque las plantas probadas crecieron en un ambiente libre de glifosato. La palabra de Monsanto en cuanto al potencial alergénico son cuestionables.

Para que una planta sea resistente a un herbicida, como en el caso del cereal resistente al glifosato, se le introduce una nueva proteína (o enzima). La presencia de una nueva proteína en la planta y los alimentos que la planta produce tiene el potencial de provocar que se sabía eran alérgicas. Monsanto solo hizo pruebas con personas que se sabía eran alérgicas a la soja, pero el tipo de prueba utilizado no comprobó la reacción que las nuevas proteínas. Cualquier investigador de campo sabe que no es posible probar de antemano la reacción alérgica a proteínas nunca antes consumidas por los seres humanos. Además, los últimos estudios publicados por científicos Suizos evaluaron las diferencias del potencial de alergia de los cultivos comunes y los cultivos manipulados genéticamente. Los científicos concluyeron que el uso de técnicas de ingeniería genética provoca una mayor incidencia de problemas alérgicos. Otro problema consiste en que la ingeniería genética produce "efectos de posición". En los organismos vivos, los genes se vinculan de manera intrincada a través de redes que se mantienen en un delicado equilibrio. El "efecto de posición" puede provocar cambios no deseados en la concentración de los productos metabólicos de la planta. Este parece ser el caso de la soja transgénica de Monsanto. El cereal muestra ciertas diferencias en la composición oleaginosa, comparado con la soja no transgénica, pero los estudios de Monsanto no incluyen toda la información. También hay diferencias en el nivel de los inhibidores de Tripsina, proteínas que inhiben las actividades de degradación de las proteasas, el primer escalón del proceso digestivo. Los inhibidores de tripsina se caracterizan por ser antinutritivos. Pero las nuevamente las cifras que figuran en los estudios son incompletas.

IMPACTOS AMBIENTALES DE LA SOJA TRANSGENICA El Glifosato, al final que otros herbicidas, tiene como finalidad el control de la maleza, es decir está concebido para reducir la diversidad biológica vegetal del terreno y sus alrededores. Los herbicidas lo logran de manera devastadora. A diferencia de otros herbicidas, el glifosato no podría ser utilizado en campos de cultivo en crecimiento ya que mata no solo al grupo seleccionado sino a todas las plantas verdes. La introducción de un gen de resistencia al glifosato permite ahora ampliar su campo de aplicación. Tampoco debe olvidarse otro aspecto del uso de herbicidas. Diversas plantas, que son calificadas como "maleza" por quienes promueven el monocultivo de alto insumo para el mercado mundial, son "Verduras", "Medicina", "Forraje" y "Flores" para muchos agricultores. La perdida de diversidad de las plantas también significa invariablemente la perdida de diversidad de animales y organismos del suelo. Se sabe que los herbicidas son tecnologías auto destructivas: invariablemente las malezas se inmunizan y el herbicida debe ser reemplazado por otro. La soja transgénica, como el resto de las plantas transgénicas, esta asociado con un riesgo especifico de bioseguridad. Diversos estudios científicos han demostrado que los transgenes se transmiten a los "parientes" silvestres con efectos potencialmente perturbadores sobre la flora y la agricultura.

OTROS EFECTOS ADVERSOS Además de su potencial Fitodestructivo, se comprobó que el glifosato tiene otros impactos directos en la diversidad biológica: Es venenoso para los peces Permanece en el suelo durante largos periodos. Lechuga, Cebada y Zanahoria plantadas un año después de la aplicación de glifosato han incorporado pequeñas cantidades de este producto químico. La degradación del glifosato da origen a metabolitos como el ácido amino-metil-fosfonico, que puede permanecer en el suelo hasta tres años. Los Gobiernos, los agricultores y los consumidores deberían pensar cuidadosamente sobre estos problemas. Tal vez no quieran convocarse en la producción de un cultivo que: provoca un mayor uso del herbicida glifosato puede agregar problemas en materia de bioseguridad está asociado con al acumulación de metabolitos en gran medida desconocidos que ya han demostrado algunos efectos tóxicos en los suelos y cursos de agua. Pero no es la soja el único producto transgénico: también Monsanto desarrolló un algodón resistente al gorgojo con la introducción de la toxina Bt en su configuración genética, pero que finalmente resultó un fracaso. No produjo toxina suficiente y desde entonces ha servido de alimento para los gorgojos con la amenaza de que se incremente su inmunidad.

La Novartis desarrolló un tipo de maíz que produce su propio plaguicida, letal para un acarido llamado barrenillo del maíz. La Unión Europea ya ha expresado su preocupación porque este maíz también contiene un gen que transmite resistencia a los antibióticos. La lista sigue con una semilla de colza cuyos genes pueden transferirse a variedades silvestres y malezas, una papa con bajo nivel graso y alto grado de almidón, un azúcar de remolacha resistente al Roundup, Achicoria, Tabaco, melón, lino y levadura de cerveza. El herbicida glifosato, cuyo nombre químico es N-Fosfonometilglicina, compone de un fosfonato y una amina. Comercialmente se le conoce como Roundup, Rocky, Patrol, Faena, Rodeo, Visión o Accord. Es un herbicida no selectivo, de amplia espectro, usado para controlar malezas anuales y permanentes. El envenenamiento ocupacional con Roundup puede producir problemas dermales, inflamación e irritación de ojos y sistema nervioso, debilidad, hinchazón de piernas y articulaciones. El glifosato, por ser un herbicida de amplia espectro, tiene potencial para afectar organismos no blancos de la aspersión. La agencia de protección ambiental de los (EUA) tiene una lista de 76 especies en peligro de extinción debido al uso glifosato que además puede producir cáncer.

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