Si existe alguien que ha logrado dejar en ridículo a la izquierda latinoamericana, ese es el favorecido de la embajada norteamericana de Asunción y de su prensa adicta, Camilo Soares.
Soares es uno de los exponentes de la operación basura emprendida desde las oficinas de Virginia logrando incrustar en la política paraguaya a guevaristas financiados por la CIA. Curiosamente, en medio de tanta psicosis antichavista los propietarios de medios habituados a llenarse los bolsillos con donaciones de la National Endowment for Democracy y con publicidad pagada por USAID, ignoraron los maletines de George W. Bush que ingresaron en forma encubierta en Paraguay, yendo a parar a los bolsillos menos pensados, el de los partidarios del obispo de los pobres y teólogo de la liberación, el marxista clérigo-presidente Fernando Lugo.
Por ejemplo, los 45,226.96 dólares que en nombre del Plan Umbral recibió recientemente la guevarista Casa de la Juventud (ONG que recauda para el PMas) de mano de organismos imperialistas bajo control de George W. Bush, supuestamente para enseñar a estudiantes secundarios algo fundamental: “identificar la corrupción” en Paraguay. Se suma el dinero a los 127.000 con que anteriormente les benefició la IAF. De acuerdo a los datos estadounidenses, con ese dinero en diez meses la clientela guevarista de Camilo Soares y Rocío Casco “capacitó” a 50 docentes, “sensibilizó” a 1000 estudiantes y clink caja (aparece como responsable en los documentos Sunia Valinotti). Un ejemplo más de que en nuestro país no se hacen solicitudes de crédito para las obras, sino que se inventan obras para solicitar el crédito.
Se añaden en el mismo contexto las fuertes sumas que recibe Gestión Local, ONG cuyos responsables son a la vez financistas de Tekojoja, o los 132.700 dólares que en el 2006 recibió la Fundación Arlequín Tetro (refugio de organizadores de manifestaciones contra la actual administración municipal) para objetivos tan relacionados con el arte escénico como “ayudar a adolescentes de centros educativos a identificar, estudiar, discutir y atender las prioridades de la comunidad”. Debemos agregar los 116.300 dólares de George W. Bush recibidos en el 2006 por el CIDSEP, los 95.000 dólares recibidos por la Fundación paraguaya para la Cooperación y Desarrollo del ex intendente Martín Burt, los 94.000 depositados a nombre de la ADEC, los 27.500 donados a la CPES de Domingo Rivarola, los 164.404 aportados a la CED, o las importantes donaciones que reciben el CIRD de Agustín Carrizosa para “apoyar a las organizaciones de la sociedad civil”, la IDEA de Patricia Abed, o los sensibles ecologistas de Alter Vida como Jorge Lara Castro.
Cualquier opinión o incursión política de estos engendros del imperio, obviamente, es saludada como políticamente correcta desde las cumbres estratosféricas de la Cámara de Anunciantes del Paraguay y Cerneco, cuyos “foros por la libertad de expresión” -como el organizado en noviembre de 2004- fueron siempre solícitamente auspiciados por USAID. Para hacerse una idea de la línea bajada por CERNECO, basta mencionar que su comisión “pro-código de ética” la integraron empleados del ex propagandista de Stroessner y alabardero de Videla, Aldo Zucolillo (Rufo Medina e Ilde Silvero), y el yerno de un general clave del Operativo Cóndor, Carlos Jorge Biederman. No es difícil deducir el origen de la abultada cuenta de los familiares del último de los mencionados en el Wachovia Bank(Securities), del que retiraron la ínfima fracción de 172.000 dólares el 25 de junio de 2005 (cheque nº 1323). Toda esta basura del imperio en Paraguay, como sabemos, cuenta con gran “prestigio” y respaldo de esta prensa pro-imperialista, cuyos desechos y lacras viene arrastrando la sociedad paraguaya desde que el departamento de estado comisionó al Tte. Coronel Robert K. Thierry para adiestrar a los torturadores de Edgar L. Ynsfrán hacia 1956, en una reunción que contó con la estelar participación de un connotado dirigente colorado que compartió escenario con el obispo de los pobres Fernando Lugo durante la campaña proselitista, el Dr. Oscar Insfrán, por entonces segundo secretario de la embajada paraguaya en Washington.
Claro que estos pequeños errores los norteamericanos los “enmendaron” hacia 1987 contratando, por intermedio del agente de la CIA Leonard Susman, a comunicadores fuertemente identificados con Stroessner para que “luchen” contra la dictadura que les bancó sus medios de comunicación.
Tal vez el principal éxito de la embajada norteamericana de los últimos tiempos haya sido lograr que un sobrino de un agente de la CIA financiado por USAID, donde trabajan muchos de sus parientes, haya sido presentado ante la opinión pública internacional como un “gran triunfo de la izquierda”.
Mendez Fleitas, acusado de operativo de Langley por el mismo autor de "Inside The Company" Phillip Agee, es un político paraguayo que jugó un papel preponderante en la represión inmediatamente posterior a la guerra civil paraguaya del año 1947, y sobre todo en el apuntalamiento de la dictadura neo nazi de Alfredo Stroessner a mediados de la década de 1950. Algunos de sus descendientes hoy residen en Estados Unidos, habiendo desarrollado estrechos vínculos con USAID.
Que no estamos exagerando lo confirma el anticipado nombramiento como ministro de un conocido agente del Fondo Monetario Internacional, el economista Dionisio Borda, por presión de la embajada norteamericana, el de un militar cuyo cerebro fue lavado en las academias militares del norte donde se formaron Videla, Pinochet y Stroessner, y la visita a domicilio realizada por nuestro héroe por estos días a Corea buscando inversionistas entre miembros de la hereje Secta Moon. Una vez más, la inteligencia estadounidense se ha burlado así con la chequera imperialista de la ingenua izquierda latinoamericana, como cuando el CHE era infiltrado por sus informantes en Bolivia allá por el año 1967.
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