lunes, 30 de noviembre de 2009

Sobre Fernando Lugo


"La ironía es una tristeza que no puede llorar y sonríe”
Jacinto Benavente

Dice Woody Allen que para que se produzca una revolución, hacen falta dos bandos: los oprimidos y los opresores. Con respecto a los segundos, son fáciles de reconocer dado que constantemente están pasándola bien. A juzgar por el tren de vida del obispo de los pobres Fernando Lugo y sus secuaces, no cabe duda de cuál es el papel que desempeñan en el actual “proceso de cambios” que supuestamente vive Paraguay.
No en balde se ha dicho que bajo el capitalismo, el hombre explota al hombre, y que bajo el comunismo, es justo al contrario. Lo corrobora Fernando Lugo, llamando a la lucha de clases desde el jacuzzi.
Con uno de sus acostumbrados discursos incoherentes, sin acción consecuente detrás del gesto y la palabra, el clérigo-presidente Fernando Lugo se despachó el fin de semana contra los ricos, que viven rodeados de lujos y aparecen en las páginas de sociales.
Lo curioso del caso, sin embargo, es que el discurso no condice con el estilo de vida que lleva Lugo desde que asumió la Presidencia de la República.
Se olvidó recordar que apenas se instaló en Mburuvicha Róga, utilizó fondos de Yacyretá para reparar el jacuzzi y la casa de descanso construida por el dictador Alfredo Stroessner (+) en Corateí, Ayolas. Según fuentes, las refacciones requirieron una inversión de G. 400 millones. Más de un fin de semana disfrutó de paseos en el lujoso yate presidencial, junto a la embajadora norteamericana Liliana Ayalde, navegando por aguas del río Paraná, en las costas del Ñeembucú. Y por si eso fuera poco, de vez en cuando monta una costosa moto Harley Davidson, y se pasea por los jardines de la casa presidencial. Dice que se la regalaron.
En lo que aparecer en páginas de sociales, su familia lleva la delantera.

GROTESCO DERROCHE DE PARENTELA Y ENTORNO

Con una pantagruélica fiesta en el más exclusivo club del Paraguay, luego de casarse en la residencia presidencial con anuencia de Fernando Lugo, festejó un casamiento la familia del "obispo de los pobres".
Las fotografías del diario Cronica mostraron entonces a dos lujosas limousinas Mercedes Benz último modelo con suntuarios ornamentos, conduciendo a los novios al exclusivo y carísimo Club Rakiura.
Es que no solo Lugo cambió de estilo de vida. La primera dama Mercedes Lugo y su hija Mirtha Maidana acaparan las páginas de Sociales de los diarios. Ambas, de la noche a la mañana dejaron sus modestos vestidos para vestir de etiqueta, zapatos y carteras a tono. Para saber cómo viven el resto de los mortales en Paraguay, es recomendable ver las fotos en el sitio:

http://f17digital.blogspot.com/2009/10/fernando-lugo-desde-el-jacuzzi-llama.html

VIAJES DE PLACER

El mismo Lugo se ha convertido en habitué del palacete del ex dictador Stroessner, en una paradisíaca isla sobre el río, y duplicó el presupuesto de la oficina de la primera dama, que hoy ocupa su hermana.
Desde que fue electo, Lugo no para de viajar, y a juzgar por sus destinos y resultados, lo hace de puro placer. Con sus 27 viajes lleva recorridos nada menos que 213.812 kilómetros de distancia. Si se hace una comparación con la circunferencia del planeta tierra que tiene alrededor de 40.000 Km., se puede decir que el presidente Lugo ya recorrió el equivalente a 5 vueltas alrededor de la Tierra, en tan solo 365 días. Todo un récord.
Lo negativo es que la mayoría de sus periplos no tuvieron ninguna trascendencia ni resultado positivo para el pueblo paraguayo.

VEHÍCULOS SUNTUARIOS Y MANSIONES

“Se ajustan el cinturón, pero para conducir suntuosas camionetas” tituló la prensa local una nota al respecto, en estos días, refiriéndose al fraudulento obispo de los pobres Fernando Lugo y su entorno.
Fernando Lugo afirma que no comparte la ideología burguesa, pero apenas se mudó a Mburuvicha Róga mandó reparar el sauna, fuma habanos cubanos y se pasea en una Kawasaki 800 cc, de paquete; tiene como hábito ir de pesca en yate, con la embajadora norteamericana Liliana Ayalde, y en sus viajes internacionales solo se hospeda en hoteles cinco estrellas.
Sus colaboradores no se quedan a la zaga, en lo que a refinamiento burgués se refiere. Casi G. 500 millones gastó Yacyretá al empezar el 2009 para comprar tres camionetas 4 x 4 para el gabinete civil presidencial, a cargo de López Perito. Dos meses después, el mismo gabinete está comprando otras 11 camionetas lujosas más, dos de ellas blindadas. El discurso de izquierda se hace trizas con las veleidades de derecha de algunos funcionarios del gobierno de Fernando Lugo.
Más de 94.000 dólares -unos 470 millones de guaraníes- pagó Yacyretá a una concesionaria local que le vendió tres camionetas para uso exclusivo del gabinete civil presidencial, a cargo de Miguel López Perito. Por contrato de comodato, Yacyretá se comprometió inclusive a pagar hasta los seguros de las tres camionetas contra incendio, accidentes y robo, accidentes personales de ocupantes y responsabilidad civil. Los tres vehículos fueron entregados nuevos de paquete para ser usados por el gabinete. Antes de firmar el contrato de comodato, López Perito y el Ing. Carlos Cardozo inclusive firmaron un acta complementaria número 9 con la cual blanquearon el traspaso de los vehículos adquiridos.
Precisamente este funcionario palaciego, Miguel López Perito, ha ganado notoriedad últimamente en la prensa que le ha endilgado el mote de “enamoradizo”, dado que abandonó su familia para establecerse con una de sus amantes, un estilo de vida que recuerda a los corruptos funcionarios de los gobiernos anteriores.
Este funcionario palaciego, que perdió su trabajo en una oportunidad debido al robo de una computadora, y que se dedicó en su momento a ganarse la vida con el modesto oficio de enseñar esgrima a la familia del dictador Stroessner, hoy se luce en una imponente Dodge Nitro, 4x4.
En un vehículo similar se mueve el asesor jurídico de la Presidencia, Emilio Camacho.
Otro de los personajes contradictorios del Gobierno es el ministro de Emergencia Nacional, Camilo Soares. “La gente que me conoce sabe que ando a pie, incluso muchos me aconsejan que me movilice en vehículos por temer a que me puedan hacer algo, pero aún así no lo hago”. (Ultima Hora- 30/10/08). Esto decía Camilo Soares apenas asumido el gobierno.
El funcionario, hace un par de meses, recibió una portentosa camioneta Toyota Land Cruiser Prado, valuada en 325 millones de guaraníes. Posiblemente ya se había cansado de andar a pie y por temor no tuvo mejor idea que pedir al Regimiento Escolta Presidencial que le asigne un oficial para su seguridad. El mismo que lo acompaña a todos lados y se lo suele ver llevando el infaltable termo de tereré del ministro.
El paso siguiente fue alquilar una mansión en el barrio Sajonia, que según aclaró luego era para su madre, quien firmó el contrato, pero dijo a renglón seguido que pensaba mudarse con ella para compartir los gastos.
La casona tiene 9 habitaciones, piscina, imponente quincho, cochera para cuatro vehículos y otros lujos dignos del mejor oligarca.
“Todos sabemos. En la época de la dictadura y los gobiernos de transición se enriqueció una pequeña cúpula. ¿Cómo se compran autos de lujo en Paraguay? Estoy seguro de que muchos se compran con dinero malhabido como el narcotráfico y robo al Estado. Esa es la ostentación que hace la oligarquía paraguaya” (UH-03/11/08), gritaba Soares a los organizadores del Rally del Chaco, el año pasado.
El argumento a esta altura ya habrá cambiado, teniendo en cuenta que él ya vive al mismo nivel que la otrora vilipendiada “oligarquía paraguaya”.
La oposición afirma que Fernando Lugo y sus seguidores sólo buscan el placer del poder, y la realidad de los hechos parecería darle razón. Diariamente la prensa sensacionalista paraguaya da cuenta de sus romances furtivos con mujeres de vida fácil, y no es ningún secreto que las orgías principescas se han convertido en todo una señal que identifica al clérigo-presidente, sus colaboradores e incluso su cuerpo diplomático.

NO HAY PEOR CIEGO

El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos esgañarán nunca, afirmò Ruiz Iriarte, y la estafa política que representò Fernando Lugo es un buen ejemplo.
Mas aún considerando que a pesar de toda esta evidencia, algunos extraviados y oportunistas todavía pretenden presentar a Lugo como referente moral de la izquierda latinoamericana.
A esta paradoja puede aplicarse como anillo al dedo lo señalado por el escritor español Ramón Pérez de Ayala: cuando la estafa es enorme, toma un nombre decente.

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