Una vez más el gobierno de Fernando Lugo apela en forma obscena al argumento religioso como instrumento manipulador con fines políticos.
En esta oportunidad, ha movilizado recursos del estado para organizar su "Mercosur Religioso", una burla más al estado laico que toda democracia con pantalones largos amerita.
"A partir de la fecha inician las jornadas sobre Mercosur Religioso que tiene como objetivo agrupar a las distintas organizaciones religiosas del país y de la región para un diálogo sobre: Ley de culto relación con el Estado; Ciudadanía religiosa, rol de las religiones en el marco socio político; Diferencias sociales: riqueza y pobreza, y Defensa del medio ambiente desde la perspectiva de la fe" informa un portal web.
http://www.ppn.com.py/html/noticias/noticia-ver.asp?id=50326&desc=Organizan-seminario-sobre-religion-y-laicidad
Ya durante la campaña electoral el obispo y sus seguidores apelaron constantemente a la simbología religiosa para hacer proselitismo, valiéndose del pensamiento mágico y tradición autoritaria imperantes en Paraguay.
La excusa sería buscar “un Mercosur más humano” según proclama el obispo, en tanto niega ayuda a productores de sésamo y se opone a un mísero aumento salarial que establece la ley.
http://www.lanacion.com.py/noticias-234713-2009-03-12.htm
OBSCENO APROVECHAMIENTO POLÍTICO DE LA RELIGIÓN
Un escandaloso uso populista de la religión se ha implantado en el Paraguay con el ascenso al poder del obispo Fernando Lugo.
Los políticos sin atributos, futuro ni caudal electoral, que rodeaban al obispo Fernando Lugo, aprovecharon el pensamiento mágico y la tradición autoritaria de las mayorías, así como la ignorancia y el analfabetismo, para lograr sus objetivos sin merecerlo.
Como si fuera una cuestión de estado, la simbología religiosa hoy está presente en todos los actos del gobierno, y ocasionalmente el obispo´-presidente sube a un púlpito para realizar sus discursos.
Aunque son conocidos miembros de logias masónicas y ateas, la mayoría de los miembros del gobierno declaran cínicamente su religiosidad e incluso la utilizan como instrumento político, sin especificar qué clase de cristianos son.
El crucifijo con el que suelen aparecer en público está demasiado connotado como para esgrimirlo sin más.
Desde el emperador romano Constantino a esta parte, hemos visto a demasiados militares con la cruz en la mano como para que la imagen no despierte, en sí misma, cierta inquietud.
Aunque una mínima noción de ética obliga a un dirigente político a guardarse para sí sus creencias religiosas, tanto por el bien de la política como por el de la religión; en Paraguay la instrumentación de la simbología católica está en boga en la vida pública y los más corruptos funcionarios la utilizan descaradamente.
LA IGLESIA CATÓLICA Y LA CAMPAÑA PROSELITISTA
El doble discurso del obispo en torno a la iglesia y su uso descarado con fines políticos ha generado ácidas críticas de importantes referentes de la democracia cristiana paraguaya, entre ellos su ex presidente Luis Manuel Andrada Nogués, quien incluso lanzó un libro titulado "La rebeldía de Lugo".
Aunque nadie quiera admitirlo, la actual incursión abierta de la iglesia católica en favor del obispo suspendido Fernando Lugo se originó cuando el ex presidente paraguayo Nicanor Duarte Frutos asumió públicamente su adhesión al culto evangélico, contrariando a las autoridades eclesiásticas que siempre han reivindicado su derecho al monopolio religioso global, y para colmo a como dé lugar.
Las autoridades de la iglesia católica de inmediato respondieron disparando fuertes críticas a la gestión del gobierno de Duarte.
Entre estas voces sobresalió el obispo Mario Melanio Medina, a quien se considera en Paraguay prácticamente un político más.
Medina, al igual que Lugo, exteriorizó constantemente su vocación de político haciendo críticas en tono de candidato opositor en campaña, y apareciendo en la sección de noticias políticas de los diarios como si fuera un tribuno en medio de la disputa electoral.
Por otro lado, un grupo que recibió apoyo de la embajada norteamericana a través de fuertes sumas en dólares donadas por USAID, el denominado Movimiento Tekojojá que apoyó a Lugo, recibió un importante respaldo de la iglesia católica que puso a su servicio sus templos y casas parroquiales en todo el país para convocatorias y reuniones políticas, prestando su estructura y grupos de oración y afines como bases a sus candidatos.
Los sacerdotes y otros religiosos del Chaco llamaron a la población a votar por el obispo, y desde el púlpito y la prensa instaron abiertamente a los electores a votar por Lugo, en tanto el Nuncio apostólico hizo las veces de Poncio Pilatos desentendiéndose del asunto.
REGRESO AL ESTADO CONFESIONAL
El fenómeno que hoy se da en Paraguay es un abierto regreso al estado confesional, sombría etapa de la historia ya superada en todos los países civilizados y libres del mundo.
¿SE CONVERTIRÁ LA CONFERENCIA EPISCOPAL EN PARTIDO POLÍTICO?
Es evidente que el triunfo electoral del obispo Fernando Lugo, ha persuadido a los jerarcas de la iglesia católica paraguaya a tentar seguir el camino de la política.
Varios de los obispos de la Conferencia Episcopal ya se encuentran activando como asesores del clérigo-presidente, como en el caso de Mario Melanio Medina, quien siempre fue considerado como un político más por la prensa. Era normal verlo aparecer en la página de noticias políticas como un tribuno más, haciendo declaraciones en pose de opositor.
Aunque el obispo Fernando Lugo, por su parte, aún no ha dado suficientes muestras de su adherencia a la teología de la Liberación, si ha quedado bien en claro su tendencia hacia el totalitarismo.
HOMILÍAS ANTICOMUNISTAS
El anticomunismo ha sido siempre un caracter en común entre conservadores de base religiosa, nazi-fascistas, liberales, defensores del anarquismo y del individualismo y la Iglesia Católica, y todos los sectores citados acompañan al gobierno de Fernando Lugo.
El fundamentalismo católico quedó al descubierto con la celebración del Vaticano II, cuando la Iglesia católica sufrió los embates de la investigación histórica y exegética.
Algunas figuras señeras de esa corriente restauracionista, dentro del catolicismo posconciliar, han vuelto al Vaticano de la mano del ex militante de las juventudes hitlerianas Joseph Ratzinger, que tiene a sus más fieles cancerberos de la Fe entre los miembros de la iglesia católica paraguaya.
"La lucha de clases es antievangélica. La gente se está empezando a cansar de las peleas y los disturbios" añadió en un tono casi amenazante de furibundo anticomunismo el obispo Claudio Jiménez ayer, en una celebración religiosa en homenaje a la Virgen de Caacupé, idolatrada por los católicos paraguayos.
Dejando bien claro el carácter manipulador de la religión que caracteriza a la política paraguaya, todas las principales autoridades del país acudieron a la misa, para postrarse a los pies de la simbología católica hoy más fuertemente incrustada que nunca en el imaginario de este país.
NEPOTISMO Y AMENAZA CONFESIONAL
Al descubrimiento de que toda la parentela del obispo ya se ha conchabado en puestos pagados con el dinero del pueblo, vino a sumarse la defensa del nepotismo que hizo el director paraguayo de Itaípú, Carlos Mateo Balmelli, de reconocida prosapia falangista (sus abuelos integraron con orgullo el ejército de Franco en la guerra civil).
Mientras se consolida el falangismo en Paraguay, entusiasmados con la llegada al poder de un colega, otros obispos como Mario Melanio Medina preparan sus candidaturas para intentar suceder al clérigo-presidente en el próximo período presidencial, en tanto algunos jerarcas de la teocracia clero-fascista como el falangista Mateo Balmelli intentan el regreso al estado confesional.
Hace pocas semanas intentò entregar quince millones de dólares de dinero público a la iglesia católica para que lo administre en sus obras de caridad, evidenciando la total carencia de ideas del gobierno que integra. Para colmo, ha suscitado las quejas de un obispo de apellido Livieres en el este del país, a quien una comunidad entera acusa de encubrir en un monasterio a varios curas acusados de pedofilia y abusos sexuales en otros países, quien también reclama algo de los fondos del estado para sus menesteres.
¿HACIA UN PARTIDO DE CURAS?
La permanente ingerencia de los ministros religiosos en la vida política paraguaya, que aumenta cotidianamente, hoy constituye la más seria amenaza al pensamiento laico en Paraguay.
Desde el púlpito y a través de la prensa, la intromisión de las sotanas es cada día más insoportable, y al parecer los sacerdotes han salido definitivamente de sus monasterios, como en su momento salieron los militares de los cuarteles.
¿Se convertirá acaso la Conferencia Episcopal en un partido Político en Paraguay? LAW
NOTAS SOBRE EL ESTADO CONFESIONAL
Antiguamente, la situación de confesionalidad del estado era la condición natural de cualquier sistema político.
En el Imperio Romano, el culto al emperador fue una forma de conciliar el politeísmo incluyente de todo tipo de religiones con la unidad política, y lo que convirtió al cristianismo (de hecho a cualquier monoteísmo que no aceptase el culto imperial) en una religión disolvente y por lo tanto perseguida. El Edicto de Milán de Constantino (que otrorgaba una especie de libertad religiosa), y el posterior edicto de Tesalónica de Teodosio convirtieron el cristianismo en la religión oficial del Imperio y establecieron el Papado y la Iglesia como instituciones paralelas al propio Estado.
La desaparición del Imperio Romano de Occidente abrió la Edad Media que supuso una separación de hecho del cristianismo occidental (católico) y oriental (ortodoxo), que se hizo oficial con el Cisma de Oriente (1051). Mientras en el Imperio Bizantino la figura del emperador se impone sobre la Iglesia (cesaropapismo, iconoclasia), en Europa Occidental el dominium mundi es más disputado por la teocracia (agustinismo político, teoría de las dos espadas, querella de las investiduras).
Las monarquías de Antiguo Régimen supusieron un control sobre sus iglesias católicas nacionales, mientras la Reforma luterana establece iglesias nacionales en los países del norte de europa. El principio de la cuius regio eius religio (propuesto en la Dieta de Augsburgo que discutía la Confesión de Augsburgo, y definitivamente impuesto en la Paz de Augsburgo) impone que la religión del reino será la religión del rey.
Se impondrá en una era de guerras de religión que acabará con el tratado de Westfalia. Entre los escasos lugares de Europa que mantuvieron la tolerancia religiosa (aunque se mantengan como estados confesionales) se destacaron los Países Bajos y la Serenísima República de Venecia, además de, aunque parcialmente, el Imperio Otomano.
El primer estado en proclamar su indiferencia a los asuntos religiosos fueron los Estados Unidos, influido por la ideología de la Ilustración.
La Revolución Francesa, que en algún momento intentó instaurar un culto descristianizado a la Diosa Razón, fue reconducida por Napoleón a un Concordato con el Papa. No será hasta la III República Francesa que Francia, la fille ainé de l'eglise(hija mayor de la Iglesia) y sede de los Reyes Cristianísimos, incorpore a sus señas de identidad el laicismo, y la separación Iglesia-Estado
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