LUIS AGÜERO WAGNER-Cuando su administración fue sorprendida difundiendo informaciones inciertas, el secretario de estado norteamericano George Shultz declaró que “en tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que debe ser protegida por una guardia de mentiras”.
Nicaragua fue una de las primeras víctimas del corolario ideado por Teodoro Roosevelt para la doctrina Monroe: “la adhesión de Estados Unidos a la doctrina de -América para los americanos- puede obligarnos, aunque en contra de nuestros deseos, en casos flagrantes de injusticia o de impotencia, a ejercer un poder de policía internacional”.
Es decir, para ocupar una nación latinoamericana no hacía falta una potencia europea, bastaban los ejércitos del imperio norteamericano.
Del mismo modo en que hoy el imperio tirotea contra el Alba o contra el Mercosur, hacia 1909 impidieron que el presidente José Santos Zelaya concretara una unión centroamericana. Cuando Zelaya rechazó un soborno de 15 millones de dólares, Washington financió la revolución de Adolfo Díaz, ex contable de una casa comercial de Pittsburgh que triunfó apoyado por la marina norteamericana.
Cuando el pueblo se rebeló contra Díaz, desembarcaron los marines a las órdenes del comandante Smedlay D. Butler. Las tropas estadounidenses se quedarían hasta 1925. Los historiadores estadounidenses han demostrado claramente que la expedición de Butler en 1912 fue concebida en gran parte para proteger los intereses de dos bancas: la Brown Brothers & Co. y la J. & W. Seligman & Co.
El interés en Nicaragua datada de tres cuartos de siglo antes, cuando en 1839 el presidente Martin van Buren había pensado construir un canal y establecer una fuerte base naval en la zona.
En ese tiempo, se produjo el tantas veces citado asedio a Centroamérica del recordado filibustero William Walker, cuyas aventuras terminaron ante un paredón de fusilamiento en Tegucigalpa, el 12 de septiembre de 1860.
CAMBIAN LOS MÉTODOS, PERO NO EL AFÁN IMPERIALISTA
Invadida por los marines del imperio, agredida por filibusteros a sueldo de Wall Street, ocupada por una Guardia Nacional somocista que hacía de fuerza de ocupación extranjera, las agresiones contra Nicaragua no cesan, sólo cambian de cariz.
Entre 1984 y 1989 el imperio intervino en el proceso electoral nicaraguense para sacar del poder a los sandinistas. Para ello invirtió mil millones de dólares en la coalición opositora (primero Coordinadora Democrática de Nicaragua y luego Partido Uno).
La candidata, Violeta Chamorro, obtuvo una discutible victoria manchada por los dólares y la influencia de Estados Unidos. El Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy / NED), establecido por el Congreso norteamericano como una alternativa a la CIA, hizo una virulenta campaña contra el sandinismo derrocando a un gobierno electo y popular con la coartada de "promover la democracia".
OTRA VEZ LA NED CARGA CONTRA LOS SANDINISTAS
Precisamente una personera de la NED, Gloria Rubín, fue la que abrió el fuego de la prensa adicta al imperio en todo el continente contra el sandinismo.
La excusa -nunca falta una- fue el remanido culebrón de Zoilamérica Narváez, un continuado insulto que hacen las feministas a la poetisa Rosario Murillo, primera dama y esposa de Daniel Ortega.
Del mismo modo que la AFL CIO utiliza como coartada el sindicalismo para sus actividades anti-sindicales en el Tercer Mundo, el feminismo cooptado de Gloria Rubín y sus secuaces tiene un frondoso historial de actividades anti-feministas en Paraguay.
Una característica resaltante del "feminismo" que lidera Gloria Rubín, es hacer blanco a las mujeres de sus campañas de desprestigio. Una de las víctimas más recientes fue la presidente argentina Cristina Kirchner, cotidianamente denigrada desde la radio de la "feminista" secretaria de la mujer del clérigo-presidente Fernando Lugo.
Regularmente la radioemisora dedica improperios e insultos a la mandataria argentina, y se vale de un corresponsal en Buenos Aires que acopia toda la información negativa posible, real o ficticia, para disparar sus dardos contra el gobierno de Buenos Aires.
Durante las elecciones que el 20 de abril ganó en Paraguay el clérigo Fernando Lugo, fue bochornosa la forma en que las mujeres feministas paraguayas hicieron gala del más desembozado machismo. Pocas veces el género femenino fue traicionado de manera tan miserable, dado que era la primera vez que una mujer era candidatada por el partido colorado, que llevaba seis décadas en el poder.
Sin embargo, las mismas "mujeres coloradas" encabezadas por la senadora Lilian Samaniego estuvieron en contra de su congénere.
La mayoría de los grupos feministas, dependientes de las dádivas de las embajadas extranjeras, no pudieron hacer otra cosa que alinearse en torno al candidato de la cofradía católica, el clérigo Fernando Lugo, ante el temor de perder los indispensables dólares de USAID, NED y otras fundaciones que estimulan sus "convicciones". Entre ellos se contaron las feministas de convicciones subsidiadas por USAID como las Mujeres Políticas en Red, Parlamento Mujer, Red de Mujeres Políticas, Red de Mujeres Munícipes del Paraguay (RMMP), Coordinadora Interpartidaria de Mujeres del Paraguay (CIMPAR),), Mujeres Políticas por la Democracia y el Desarrollo,etc.
La principal cabecilla de la campaña que denigró a la candidata Blanca Ovelar, la personera del National Endowment for Democracy en Paraguay, Gloria Rubín, fue premiada con el cargo de ministra de la mujer por el obispo.
EL APARATO DE LA MENTIRA
Cuando su administración fue sorprendida difundiendo informaciones inciertas, el secretario de estado norteamericano George Shultz declaró que “en tiempos de guerra, la verdad es tan preciosa que debe ser protegida por una guardia de mentiras”.
George Kennan, uno de los padres de la CIA, había desarrollado ya en 1947 el concepto de “mentira necesaria”.
Más recientemente, las inexistentes armas de destrucción masiva irakíes dieron cobertura y justificación a aventuras militares de dudosa legitimidad moral. En 1977, en un artículo para Rolling Stone, Carl Bernstein (uno de los investigadores del escándalo Watergate, junto a Bob Woodward) reveló que más de cuatrocientos destacados periodistas norteamericanos colaboraban en secreto con la CIA, muchas veces publicando informaciones falsas o tendenciosas.
Con el correr del tiempo, ha quedado en evidencia la forma en que a través de la SIP y otras cofradías, el aparato de propaganda imperialista ha montado una poderosa y eficaz red de corifeos capaz de construir una “opinión pública continental”, al decir de la misma central de inteligencia.
No es de extrañar, pues, que la CIA haya iniciado su campaña continental contra el sandinismo valiéndose de comunicadores cooptados por la embajada norteamericana de Asunción, en Paraguay, donde hace tiempo la AFL CIO, reputado peón de fraudes imperialistas, despojó de autonomía de pensamiento al sindicato de periodistas.
Ya en 1914 el jefe de Staff de The New York Times había confesado espontáneamente: “El trabajo del periodista es destruir la verdad; mentir categóricamente; pervertir; vilipendiar; actuar servilmente a los pies de Mamón y vender a su país para ganarse el pan diario. Somos las marionetas que saltan por medio de un hilo; tiran de la cuerda y bailamos. Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuestras vidas son propiedad de otros hombres. Somos prostitutas intelectuales”.
NOTA:
IZQUIERDA GESTADA EN LA EMBAJADA NORTEAMERICANA
La totalidad los integrantes del gabinete del obispo Fernando Lugo provienen del sector de las ONGs financiadas por la embajada norteamericana. Se cuentan entre ellos a Gloria Rubín (referente en Paraguay del NED y la CIA), Camilo Soares (beneficiario de fondos de IAF y NED, favorecido del gobierno de George W. Bush) Rafael Filizzola (signatario de acuerdos con Alvaro Uribe a instancias de la ex operadora del plan Colombia Liliana Ayalde), Karina Rodríguez (de la Casa de la Juventud, que recibió 127 mil dólares de la Inter American Foundation), Liz Torres (referente de las logias de ONGs dependientes de la embajada norteamericana), Esperanza Martínez (del movimiento Tekojojá, financiado por USAID, hoy envuelto en escándalo por corrupción), Canciller Hamed Franco (del Pmas, un movimiento financiado por James Cason), el Vice-canciller Jorge Lara Castro (recibe dólares de la embajada a través de la ONG fantasma Alter Vida), Ministro de Defensa General Bareiro Spaini (hombre de la embajada norteamericana, educado en las escuelas de golpistas de Estados Unidos) o el ministro de Hacienda Dionisio Borda, antiguo responsable de las finanzas de los gobiernos corruptos y agente de la embajada norteamericana y del FMI.
Asimismo, Fernando Lugo ha anunciado que se mantendrá la política de sometimiento al imperio nortemericano en Paraguay, y se desconoce lo tratado por Lugo en New York con referentes de la mafia ítalo-norteamericana como John Tonelli, o con el heredero del imperio petrolero que en la década de 1930 llevó a la matanza a cien mil bolivianos y paraguayos, David Rockefeller. Lo único cierto es que ofició de guía turístico en la gran manzana Conrado Pappalardo, un personaje conocido por haber operado para el Plan Cóndor y haber proveído pasaportes para el asesinato en Washington de Orlando Letelier.
Otros cónclaves nunca aclarados por parte del obispo fueron sus reuniones con James Cason y Roger Noriega, pocos segundos después que Aleida Guevara March, hija del Che Guevara, haya abandonado la misma oficina por la misma puerta por la que entraron estos grandes amigos de Cuba y los hermanos Castro.
No se sabe el motivo de las visitas de Christopher McMuller, subsecretario norteamericano de Asuntos del Hemisferio Occidental, al viceministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Jorge Lara Castro, un viejo favorecido de la embajada norteamericana de Asunción.
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