lunes, 21 de enero de 2008
LA "LUCHA" CONTRA EL FRAUDE ELECTORAL
(Luis Agüero Wagner, Asunción)
En estas últimas semanas la fauna política paraguaya, en particular la oposición, anexó a sus eternamente ambiguos discursos la “decidida intención” de luchar contra el fraude electoral.
Otra más entre las “profundas convicciones” que ahora adornan a estos egregios tribunos, que han logrado el milagro de hacer sufragar difuntos en sus internas para hoy convertirse en insobornables centinelas de los procesos electorales, en los que “no volverán a permitir jamás” que la voluntad popular sea escamoteada y especialmente cuando el resultado de las votaciones les favorece a ellos. Los usurpadores del mandato del pueblo, que pretendan cercenar la voz del soberano, encontrarán cual muralla los gallardos pechos de estos incorruptibles cruzados.
El mismo candidato al que no inmutaron las violaciones de acuerdos firmados en la Concertación cuando una votación guarará le favoreció en sus resultados, y el ídolo de las ánimas de los camposantos de Guarambaré, hoy han tomado el asta de la bandera de lucha jurando que jamás ella caerá de sus manos, convirtiéndose así en los máximos abanderados de la ética y la vergüenza en la vida pública paraguaya.
Tanto es el pundonor que anima a miembros de la oposición en su heroica y épica lucha contra el fraude, que no dudaron en confiar un aumento de 144.000 millones al presupuesto de la Justicia Electoral en manos de sus archienemigos, el tenebroso informante del comisario Cantero y sus cómplices, a los que luego de pellizcar a discreción zoquetes para familiares, paquitas y lacayos, hoy acusan de conspirar con su jefe del poder Ejecutivo para consumar el robo a la voluntad popular el 20 de abril.
Para evitar un fraude en el PLRA, en un gesto incomparable de pluralismo y transparencia, se permitió a conocidos dirigentes del Partido Colorado participar de los comicios como presidentes de mesa en varios puntos del interior. Por salir al paso de cualquier intento de fraude, Nils Candia en persona visitó en su oficina a Mochito Morales a ofrecer el respaldo moral del histórico Partido Revolucionario Febrerista a su refulgente gestión.
Fue precisamente para evitar el fraude que en Tekojoja fue marginado el 50 por ciento de los disidentes de los padrones, de tal suerte a no darles oportunidad a que perpetren un atraco de la voluntad popular. De la misma manera los disidentes en el partido de Carlitos Filizzola Pallarés fueron obligados a abandonar la agrupación en busca de mejores horizontes por tratarse de potenciales atracadores de la voluntad popular, que tal vez podrían apeligrar la hegemonía oficialista como buenos roedores de los mármoles de la Patria Solidaria.
Para evitar el fraude, los candidatos en pugna en el Partido Encuentro Nacional firmaron por anticipado un documento donde enumeraron los artículos de su estatuto a ser violados, y el PMas tuvo la delicadeza de eliminar al 90 por ciento de los afiliados con que obtuvo reconocimiento en la justicia Electoral, puesto que en realidad se habían empadronado en Patria Libre.
Fue precisamente para evitar los fraudes que pudieran traducirse en resultados adversos a las burocracias enquistadas en sus respectivas estructuras, que País Solidario, el Partido Democrático Progresista, el PMas, el PRF y tantas otras columnas de insobornables luchadores nimbados por la gloria de tantas conquistas a favor de los derechos ciudadanos de la república decidieron presentar listas únicas en sus comicios internos.
Intentando llegar a una conclusión sobre todo lo expuesto, lo que realmente podríamos cuestionar es si el verdadero fraude está en los resultados adversos de las votaciones o en el descarado doble discurso que caracteriza al lenguaje de nuestra gloriosa oposición.
LUIS AGÜERO WAGNER.
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